Estancia La Sofía

A los pies de “Los Andes”, en un marco magnífico de altas montañas, ríos serpenteantes y amplias estepas, “Estancia La Sofía” invita a turistas de todo el mundo a descubrir el mágico encanto de la Patagonia, al sur de la Argentina.

A solo 90 millas de la ciudad de El Calafate, pero completamente apartados de las grandes multitudes de turistas, queremos introducir a nuestros huéspedes en un mundo de sensaciones únicas que han hecho de este destino un atractivo turístico internacional.

Historia

Fines del Siglo XIX

La historia de nuestra estancia data de fines del siglo XIX, donde la Patagonia Austral era tierra de mitos y leyendas, solo conocida en sus confines por aventurados pioneros que en su mayoría provenían del extranjero. La región del Lago Viedma es conocida por el asentamiento de una amplia colonia de inmigrantes Escandinavos, entre los que se encontraba la Familia Westerlund, de origen Finlandés. Arvid Westerlund, habiendo tenido una breve estancia en Patagonia y decidido a poblar las vastas extensiones del Sur Argentino, decide regresar a su país de origen para contraer matrimonio y convencer a su hermano, Nils, de acompañarlo en la ardua tarea. Contrayendo matrimonio con Edith Sofia Rosqvist, y habiendo logrado la compañía de su hermano, adquieren lo que hoy es Estancia La Sofía. Con sobradas muestras de empuje y esfuerzo, se fue dando forma a la Estancia, con sus nuevas casas y galpones y con muchos kilómetros de alambres para contener a la creciente hacienda ovina.

Hacia fines de la década del 40´ la empresa lanar mostraba muy buenos resultados. La senda de crecimiento del establecimiento continuo a paso firme durante largos años, aún durante la enfermedad de Nils, cuando encontró el soporte y empuje de uno de sus yernos: Álvaro Escobar.

Hacia el año 1977 fallece Nils Westerlund, después de más de 50 años de trabajo ininterrumpido. Su fallecimiento coincide con la aparición, en forma masiva, de fibras sintéticas que reemplazan a la lana. Lenta, pero inexorablemente, los años de apogeo se fueron apagando, a pesar de que Álvaro trabajo incansablemente y con éxito en mantener en funcionamiento la Estancia cuando muchos otros abandonaron sus campos y explotaciones. Finalmente, en el año 1993, distintos motivos familiares obligaron a Álvaro a vender la Estancia. Don Jacinto Gómez fue el adquirente de la Estancia, también pionero y destacado personaje de la zona del Lago Argentino. Don Jacinto fue quien, finalmente, vendió la propiedad a sus actuales dueños, también de orígenes Patagónicos y Santacruceños. Son estos últimos, quienes, a través de estas líneas, desean rendirle un sentido homenaje a todos aquellos que forjaron la historia de La Sofía.